y un andar de no ser de acá. De aquí no me moví de tu vértigo mío, de tu sonrisa vertical, que misteriosa es una rosa de Hiroshima y la rumba que hay. La rumba se ríe, no sabe si es rumba, será un momento nada más, de eternidad, de esos que me da.
Todos los días, todos los segundos infinitamente, la alegría de vivir, el sentido que da la vida vivir contigo.
En el cielo , en el suelo, en cada una de tus cosas...
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